No me digan ustedes en dónde están mis ojos,
pregunten hacia dónde va mi corazón. Jaime Sabines

sábado, 29 de enero de 2011

Noventa y seis

Su vida acaba como acaba su cuerpo
Erguido, acurrucado y plano en su cama.
No descansa el pobre, ni come ni bebe el viejo
Sorbos de vida y muerte que su vida bebe y canta.

Sus sueños descansan en su cuarto agarrados
Por el collar de la vida y collar de la muerte,
Mutilados por sus venas que tiene como manos,
Hincados por su carne que tiene como dientes.

El pobre Quijote que no muere, sino vive,
Como lento vive el feto dentro del vientre,
Que lenta es su respiración que resiste
Como resiste a su media muerte lentamente.

Viejo, que tus carnes ya no pueden con tu siglo,
Ni tus ojos de locos, ni tus huesos de cristal,
Ni tu corazón de luz y sombra, ni tus hijos,
Ni tu vida ni muerte, ni tus sueños en la mar.

Sueña, sueña y vete soñando sombras
Que tu vida se acaba, tus sueños morirán
Entre pétalos de putas, jazmín y alondras,
Entre sueño y ronquidos, entre sueño y la mar.

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