No me digan ustedes en dónde están mis ojos,
pregunten hacia dónde va mi corazón. Jaime Sabines

sábado, 31 de diciembre de 2011

Te advierto

Amor, yo te advierto que mi sangre,
Esta que has visto en mí,
En mis dedos, en mi boca, aquí.
No es buena. Te lo advierto.

Te digo que yo soy pesadumbre,
Que yo nunca alcanzo caricia primitiva.
Estoy manco, y tu sonrisa altiva
Hace de mí un nuevo ser, un nuevo hombre.

Mujer, yo te advierto que soy garganta.
Que no grito igual que un ruiseñor.
Estoy mudo, y solo con tu amor
El sueño cura los dientes, el aire se disfraza.

Te lo escribo amor, yo soy pobreza.
Que no tengo cartera que guardar.
Soy pobre, y que solo puedo ahorrar
Alguna palabra muda que pesa.

Te lo advierto, mujer, yo soy amargura.
Que yo no tengo dientes que enseñar.
Estoy mellado y no puedo bordar
Una alta voz, una larga pluma.

viernes, 9 de diciembre de 2011

Mujercilla

Su sol reluce ante aquellos cuerpos,
sucios y desnudos en la tristeza.
Sus colores no existen, sino pesa
oscuros callejones casi muertos.

Su garganta reza acostumbrada,
recia a noches de besos su luna,
a sus hombres sin precio, sin fortuna
con aquel sexo salado que besaban.

De falsos besos que Palermo dió
aún hoy se muestra el mar dolorida,
nostálgica de sus piernas el amor.

¡Ay! ¡Palermo como eres, mujercilla!
¡Linda mujer de ruidos y esplendor
que juega a ser mayor en cada esquina!