No me digan ustedes en dónde están mis ojos,
pregunten hacia dónde va mi corazón. Jaime Sabines

martes, 27 de julio de 2010

Ella es mi Luna



Antes de ayer el sol me preguntó por dónde pasaba las horas del día. Sé que está celosa porque no las paso con ella.
Me encierro en la oscuridad de la luz, incluso me escondo de la luz de mi cuarto, de mi bombilla. Son minutos muertos esperando a los minutos vivos: la noche. Siempre estoy con un papel usado, restando las horas que me faltan para verla (la luna morena de mi noche). Es un trabajo aburrido, que sólo me salva pensar en ella.
Confieso que en mis horas de descanso pienso, muchas veces, en platearme con su luz de noche platina. Todos dicen que estoy loco porque no voy a la playa para tomar el sol, sino a tomar la luna.
Luego me quemo y quedo como ella, con miguitas en la piel relucientes en todo nuestro cuerpo. Despellejo suavemente con cada roce de su risa en cada noche de su media luna.
Ríe que ríe con cada gesto de mi nariz, con cada mueca de mi locura.

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