Como todos ya sabemos, la vida es una unión y mezcla de muchos sentimientos, felices o menos felices, donde todo aquello es recordado para siempre. Muchos piensan, y defienden, que la vida es poesía gracias a su belleza, o teatro por su dialogismo. A mi me gusta saber que mi vida es una novela. Una novela de un pobre protagonista, cargado de sueños y muchos muros para poder cumplirlos. No es un príncipe, ni tiene reino y ni siquiera se considera héroe, pero al menos intenta hacer algo heroico en su vida: ser autor de su propia novela.
Todos hacemos de nuestras vidas una novela, una trilogía de recuerdos, acciones y deseos. Tres partes que siempre se llamarán de la misma manera: pasado, presente y futuro. Mi primera parte, como ya he dicho, se llamaría pasado, y créeme, no es muy importante. La tercera queda todavía por definir. Mi futuro a veces me engaña con guiños de desconcierto, influenciado sin duda por mi presente. Un presente que me traiciona en cada paso que doy y en cada mirada que enciendo.
Carezco de muchos personajes secundarios, e incluso estos secundarios son terceros, y los terceros secundarios, y así sucesivamente. Forman parte de mi novela, como no, unos son desgraciados, más que yo, y otros tienen mucha más suerte, más que yo. Pero le doy a cada uno lo que se merece, pocas pinceladas de diálogo y menos de importancia y protagonismo.
Como autor de mi libro y de mi vida, buscaba el amor deseado para mi protagonista. Un amor lleno de pasión, de deseos con toques eróticos, escenas románticas y cargadas de problemas (para que no sea tan monótono). Algo que llevaría su tiempo, pero que al fin encontré. Decidí, y escribí, que ella tenía que ser la princesa de todos los cuentos, mi pequeña Dulcinea. Una belleza encantada, llena de Soledad y amor de la vida. Ella es mi protagonista de mi novela, pero cállese, que aún no lo sabe. Resulta divertido escribir mi propia vida, mis deseos y mi amor por vivir. Falta toda una vida y muchas páginas que escribir, y lo sabrá cuando ella escriba la última palabra de mi vida: “Te Quiero”.
precioso!!! si es que la monotonía nuca es buena y enamorarse es el mejor remedio contra ella!
ResponderEliminarqué bien escribes y qué te cuesta decirlo!