No me digan ustedes en dónde están mis ojos,
pregunten hacia dónde va mi corazón. Jaime Sabines

sábado, 13 de septiembre de 2014

Dentista


Catalina, amor, abre tu pequeña boca.
Sabes que necesitas una limpieza.
Que no. Que no quiero lloriqueos.
Que no basta el cepillo rutinario.
Dice, y hazle caso Catalina,
Que aunque tus dientes estén blancos,
Necesitas un blanqueamiento de palabras.
¡Ay, como tiene la boca esta niña!
 
Doctor, haz con ella lo que quiera,
Que yo ya no puedo con ella.
¡Pero mira que boca!
¡Pero mira que dientes!
¿Ves aquella muela? ¿Ves estas paletas?
Empaste. Empaste. Y empaste.
 
Venga. Por favor. Catalina. Ábrela.
Que el dentista necesita blanquear
De palabras que fumaste amarillos dientes
Y blancos por no beber de nada amor.
 
Venga, querida, ábrelos.
Enseña ya tu lengua de serpiente.
 

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