No me digan ustedes en dónde están mis ojos,
pregunten hacia dónde va mi corazón. Jaime Sabines

martes, 17 de agosto de 2010

Se olvida


La sirena se olvida de amarme
Y me mira sin deseo, sin pasión
Que pueda ensuciar mi mar y sacarme
De toda soledad sin corazón.

¡Sirena! ¡Ven a ensuciarme! Te espero
En la orilla con la esperanza
Verde o azul infinita. Primero
Nada hacia mi, mi sirena mansa.

¡Sirena! ¡Ven a ensuciarme!

Después, si quieres sirena salada,
Háblame de todo tu mar salado,
De los secretos que escondes, mi amada,
De aquellos que nunca he encontrado.

¿Qué secretos no puedo ver ni escuchar?
¿Puedo verte, tocarte y no amarte?
Si supiera nadar, amor, en tu mar
Seria marinero para nadarte.

¡Sirena! ¡Ven a ensuciarme!

Eres clara, tibia o menos oscura,
De sabor azul y verde de tiempo,
Que sin piel camina y sin aliento
Alimenta de esperanza madura.

¿Dónde está tu boca de mar que crece?
¿Qué palabras respiras en mi boca?
¿Eres tú, dulce sirena que toca
Con tus ojos mi amor lentamente?

¡Sirena! ¡Ven a ensuciarme!

Recuerdo ahora tu cuerpo de mar
Como un fuerte azul amanecer
De luz de luna de eterna soledad
Que en mi permanece en cuerpo de mujer.

La sirena se olvida de amarme,
Sirena de mares y mar eterno,
Mares de barcos secretos de besos
Y besos de mares de amor eterno.

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