El gemido que reclama al gemido
Del roce efímero entre labio y diente,
Lengua que moja sobre carne hiriente
Y trasluce en corazón invertido.
El placer con la sangre confundido
Sube y baja por camino impaciente,
Rápido goce por miembro creciente,
Lento roce por segundos perdido.
Se convierte a la espera la mirada
Que el ritmo conlleva con el gemido
En la esfera que aparece sin nada.
La carne abre y cierra el placer mordido,
Que entre muslo, ombligo y lengua mojada
El sexo consume amor consumido.
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