No me digan ustedes en dónde están mis ojos,
pregunten hacia dónde va mi corazón. Jaime Sabines

lunes, 22 de noviembre de 2010

Jarra y vino


















Mientras todos beben
Jarra y vino de besos,
Yo solo lleno de pena
Mi cuerpo.
Todos ríen
Y la felicidad rebosa en sus risas,
Aunque la pena les maten por dentro.

Por dentro lo llevan,
Camuflados con la mísera
Y desafortunada fortuna.
De una en una lamentan 
Por dentro,
Las pocas ansias de vivir
Una vida alguna.

Alguna vez,
En algún momento,
Todos quisieron vivir.
Alguna vez,
En algún recuerdo,
Todos quisieron morir
Sin saber que ya estaban muertos.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

No, cariño.

No te pido que me robes la luna
Para que pueda dormir dentro.
Prefiero verla así, desde lejos.
Quieta, limpia y sola.
Me es bonita contemplarla
Mientras descansa este cuerpo
Cansado de ruidos de cama.
Unos ruidos que solo tú y yo
(Y nuestros vecinos)
Perfectamente conocemos.

No te pido que desayunes conmigo,
Y me pases las hojas del periódico.
Ni te pido, pero si quiero,
Que me bajes la bragueta
Para que pueda orinar tranquilo.
No quiero que mastiques por mí,
Ni embriagues mi garganta
Con cualquier bebida barata.
Ni siquiera que te toques por mí,
Ni que me toque por ti, Cariño.

No robes el sol, ni mates otro sol
Si otro sol se fija en mí.
Solo necesito que seas mi corazón,
En este poco latir que tengo, Cariño.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Mi fusilamiento


Los cuatro vientos helados
De odio cargan en mi pecho.
Cuatro balas de hojalata
Muestran mi fusilamiento.

Ellos se preparan. Guiñan
El ojo. Apuntan mi cuerpo.
Blanco fácil de ojos verdes.
He aquí mi fusilamiento.

Manos atadas, rebeldes.
 Lujurias de sentimientos.
Mi boca está mordida,
Lengua sin arrepentimientos.

Uno a uno prepara
Mi muerte. Desean mi entierro.
Cargan sus altos fusiles,
Cuatro diablos de ojos negros.

Apuntan a mi cabeza,
Soledad de gatillo sediento.
Ojos verdes, blanco perfecto.
He aquí mi fusilamiento.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Lo sabes

La oscura noche deleita
Entre senos de luna sonriente
La misma hora de soñar.

Es hora de soñar. Y lo sabes.
De agachar la boca
Y cerrar la cabeza.

Sabes que las estrellas me rodean
Y esconden la materia,
La carne y el sexo de nuestros sueños.

Sabes que es hora de no levantarse,
Porque nunca han de verme.

Que es hora de no ser sueño,
Porque nunca han de soñarme.